A medida que la piel envejece, todas sus capas sufren cambios notables que llevan a la aparición de las arrugas, flacidez, manchas hiperpigmentadas, piel más débil, pálida y áspera. Es importante reconocer que las señales de envejecimiento son fruto de una combinación de cambios intrínsecos, de origen genético, derivados de cambios metabólicos y hormonales que surgen con la edad:
Pero principalmente se debe a los daños causados por influencias externas, o ambientales – exposición al sol (Rayos UV – Ultravioletas) y luz azul (Luz HEV – High Energy Visible Light), elementos tóxicos en el aire, polución, medicación, alimentación etc. A eso le llamamos fotoenvejecimiento, o envejecimiento prematuro y se resume en tres reacciones principales; GLICACIÓN, DESEQUILIBRIO DE LAS MMPs (Metaloproteinasas de la Matriz Dérmica) y PRODUCCION, ACUMULACION DE ESPECIES REACTIVAS DE OXÍGENO (ROS) y ESTRÉS OXIDATIVO, que ocurren en todos los órganos del cuerpo, y en que la piel no es excepción, sino que es uno de los órganos más afectados ya que es la primera frontera de defensa del organismo en contacto directo con el exterior.
En esta serie nos enfocamos en prevenir los daños del envejecimiento al combatir a diario estas reacciones, proteger la piel de las luces dañinas (UV y HEV), además de nutrir, proteger y reforzar el colágeno, controlar la inflamación y la pigmentación. Como extra, cuidamos las arrugas de expresión con péptidos especiales que disminuyen la contracción de los músculos faciales.